Cerca del centro histórico de Cusco, se encuentra un lugar que parece salido de un cuento mágico. Rodeado de antiguos andenes, vegetación, canales incas y una pequeña pero encantadora cascada, Sapantiana es el lugar perfecto que muestra el legado colonial y el espíritu andino. Es un espacio donde el visitante se sumerge en una experiencia Única que combina historia, misticismo y naturaleza en perfecta armonía.
El Acuaducto Colonial de Sapantina representa una destacada muestra de la ingeniería hidráulica de la época virreinal, levantada sobre el río P´ujru. Su construcción, que data de los siglos XVII y XVIII, fue promovida por la orden jesuita junto al cabildo de Cusco.
Esta estructura de piedra, compuesta por arcos distribuidos en cuatro niveles, habría reutilizado materiales líticos provenientes de la cercana huaca Sapantiana. Hasta antes de 1950, el canal que lo corona aún conducía agua destinada al abastecimiento de la ciudad virreinal. Hoy en día, permanece como una evidencia viva de la historia, manteniéndose firme ante el desgaste del tiempo.
El nombre "Sapantiana" destaca la dimensión espiritual del lugar, aludiendo a un espacio sagrado reservado para la veneración de una huaca incaica. La palabra proviene del quechua, combinando “Tiana” (asiento) y “Sapan” (único), lo que se traduce como “El lugar donde la huaca se sienta sola”.
Sapantiana encierra una historia profunda que enlaza el legado incaico con la época colonial. Esta estructura formó parte de una antigua red de caminos y canales que integraban diversos sectores agrícolas del Cusco.
El canal que fluye bajo el puente pertenece a un sistema hidráulico incaico aún operativo, que en su momento abasteció andenes, fuentes y áreas de cultivo. Este espacio posee un alto valor cultural, ya que se representa la fusión entre dos tradiciones constructivas: La ingeniería ancestral de los incas y la arquitectura traída por los colonizadores.
Se encuentra en el barrio de San Blas, una de las zonas más tradicionales de Cusco, a unos 15 minutos a pies desde la Plaza de Armas.
Está ubicado en una quebrada conocida por sus antiguos caminos empedrados y rodeado de un entorno natural que se mantiene casi intacto, a pesar de la cercanía con la ciudad.
Al llegar, el visitante podrá observar un puente de piedra de arco único, cubierto de musgo y plantas silvestres. Bajo él corre un canal de agua cristalina, y muy cerca cae una pequeña cascada, rodeada de helechos y muros de piedra.
El entorno está compuesto por:
El sonido del agua y el canto de las aves hacen de este lugar un pequeño oasis de paz dentro de la ciudad.
Opción a pie (recomendada):
Llegar a Sapantiana es bastante fácil. Desde la plaza central de Cusco debes dirigirte a la calle Triunfo, es la que está a la izquierda de la gran catedral. Después, camina derecho hasta Hatun Rumiyoc, una estrecha calle peatonal, en la cual podrás observar la piedra de los doce ángulos en el muro inca. Después, entra en la calle Choquechaca y síguela hasta el final. Por último, sube las escaleras y sigue el pequeño arroyo, ya que es el que pasa por debajo del arco colonial.
Dato útil: También se puede llegar en taxi hasta las partes altas de San Blas, y desde allí hacer una caminata corta.
Mejor época para ir: Temporada seca (abril a octubre), cuando los caminos están más firmes y el clima es estable.
Qué llevar:
Evita ir de noche: No hay iluminación en el sendero.
Testimonios de los viajeros
Descubre Sapantiana, el secreto mejor guardado de Cusco, y déjate llevar por el sonido del agua, la historia en piedra y la magia que solo los rincones auténticos pueden ofrecer.
Pasajeros felices